lunes, 20 de octubre de 2008

Epic 2015. Por Laura

Sensacionalista, es quizá el término que mejor define el contenido del video, aunque quizá lo que realmente debemos plantearnos es lo verídico de este sensacionalismo. A pesar de que más de la mitad del documental nos ofrece una información hipotética y futurista no debemos dudar de su credibilidad en potencia ya que dichas suposiciones no se apartan tanto de una posible próxima realidad.


Tremendismo es otro de los calificativos con los que podríamos adjetivar dicho documento. Bien cierto es que durante toda la Historia humana siempre ha habido un temor innato hacia aquello que está por venir, hacia los cambios y hacia el futuro más próximo, al que se teñía, en la mayor parte de los casos, de visiones lúgubres y escalofriantes. A causa de esto, a lo largo de la Historia existieron colectividades más reticentes a progresar que otras. De idéntica manera ocurre en este caso en concreto. El mundo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación avanza a una velocidad tan vertiginosa que al individuo a penas le da tiempo a adaptarse a todas las nuevas posibilidades que le ofrece. En a penas dos décadas la comunicación virtual se ha convertido en una nueva forma de interrelacionarse cotidianamente, las redes sociales han substituido a las antiguas pandillas de amigos y, si quisiésemos, podríamos prescindir de diarios y revistas gracias a la información digitalizada. Todo ello fascina al ser humano, quien responde con una generosa acogida a todas estas primicias tecnológicas. Sin embargo y de un modo paralelo, también existe un sentimiento de recelo y desconfianza ante un avance técnico tan acelerado. Se teme que un desarrollo tan presuroso impida poner los límites a un terreno hasta hoy desconocido para el hombre. El sujeto se preocupa de que la información traspase nuestros límites de libertad, privacidad e intimidad; que sean motores matemáticos los que seleccionen aquellos contenidos que deban llegar a nosotros y que eliminen aquellos otros que no nos “convienen”, que las crónicas de noticias estén condicionadas por fuerzas poderosas y superiores a la misma persona…. Se trata de una serie de miedos hipotéticos que pueden llegar a afectar realmente al sujeto.


Llegado este punto, lo que verdaderamente debe plantearse el hombre es hasta qué punto esta corriente innovadora puede afectarle. Si bien es cierto que este desarrollo puede perturbarle negativamente, lo que debe tener claro es que es uno mismo el que debe ponerse esos límites de los que habla. Un límite diferente para individuo, que debe atender a sus principios y a su escala de valores.


Allá por la mitad del siglo XX, años 50, se hablaba de un siglo XXI gobernado por máquinas, por viviendas inteligentes y robots que sustituirían a miles de empleados de hueso y carne. Llegada esa fecha podemos comprobar que todas aquellas suposiciones continúan siendo tan fantásticas como lo eran entonces. Es así como debemos plantearnos el progreso actual. Con paciencia y con cuidado, porque la imaginación del hombre supera en todo momento los límites que impone la realidad.


Laura Serrano

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