martes, 25 de noviembre de 2008

Lectura. Manuel Martín Serrano. La prensa: la gesta y la palabra en la mediación pública. Por Vivina y Laura

Manuel Martín Serrano, Catedrático de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, presenta en el artículo analizado el modo en el que los medios de comunicación dividen sus relatos en dos “mundos” plenamente diferenciados, como son el del acontecer cotidiano y el de los grandes sucesos sociopolíticos. Para cada uno de estos “mundos” los MCM presentan un tipo de narración diferente, un tipo de conflictos diferentes en los que mediar y una moral claramente diferenciada para cada uno.


Cuando los medios de comunicación se refieren al ámbito de lo cotidiano el estilo narrativo utilizado es el de la parábola. En ella, se nos presenta el conflicto entre los instintos naturales innatos en el ser humano y las normas sociales vigentes. En este tipo de relato prevalece la función de ejemplo, convirtiéndose los conflictos en los que se ve inmerso el grupo social en una especie de teatro para la comunidad, en un ensayo de los grandes conflictos intergrupales. La eficacia mediadora del relato, en este caso, no depende de la actuación ni la competencia de quien relata, sino de la adecuación del relato a un modelo “mítico”. Este tipo de relatos suele encontrarse de manera cerrada, con el desenlace ya señalado, en el que el triunfo o el fracaso de los actores implicados va a quedar marcado por las acciones y las pasiones humanas.


Por el contrario, cuando se refieren al acontecer del mundo sociopolítico, los medios de comunicación acostumbran a utilizar el estilo narrativo de la gesta. En este caso, la actuación de quien narra el relato resulta fundamental para la acción mediadora del mismo, siendo más importante que el contenido del relato mismo la actitud de quien lo narra, ya que es el encargado de transmitir la tensión, el dramatismo o el distanciamiento respecto al suceso. Es de destacar el hecho de que en este tipo de relatos prime la representación de los agentes políticos como seres distantes y sin emotividad, que renuncien a sus intereses personales en favor de los comunitarios, encargados simplemente de conseguir alcanzar la solución a los problemas que amenazan el orden establecido. Los relatos, en este caso, se presentan de una manera inconclusa, ya que el “héroe” del momento, o sus sucesores, siempre se verán obligados a retomar los recursos institucionales para hacer frente a los nuevos problemas que se les presenten. Finalmente, destaca el hecho de que el agente es siempre exculpado de sus fracasos, ya que mientras no haga recaer la culpa en las instituciones no se considera que existan culpas en este nivel.


Como bien dice el artículo, en la actualidad este modo de relatar los acontecimientos no debe buscarse en cada artículo o noticia aislados, sino más bien en el conjunto de la producción informativa producida, debido al ingente tamaño que alcanza la producción informativa en nuestros días.


Me gustaría comentar que es muy posible que, en una primera lectura, la excesiva abstracción del artículo y el carácter marcadamente teórico del mismo hagan difícil encontrar una diferenciación de los dos mundos al abrir, por ejemplo, nuestro periódico por la mañana. Sin embargo, si observamos más claramente, podemos comprobar que muchas de las noticias parecen adscribirse al mundo de los acontecimientos sociopolíticos, de noticias que afectan a la generalidad de la comunidad y cuyos patrones parecen seguir a grandes rasgos los señalados por el profesor Manuel Martín Serrano, mientras que otros, entre los que podríamos citar las llamadas crónicas de sucesos y otro tipo de noticias variadas sobre hechos curiosos o notorios, pero que no afectan a la comunidad hasta el punto de que muchas veces nos preguntamos qué tienen de noticia; encajarían en el ámbito de lo cotidiano.


También resulta sorprendente comprobar hasta qué punto los sistemas de creación de relatos y de la información han mantenido una estructura subyacente relativamente intacta desde tiempos inmemoriales.


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